viernes, julio 15, 2005

Y así dominaré el mundo, primero Dios.

-Pero si Dios no existe jefe.

Equis uno punto y guión, ex empleado bancario anteriormente conocido como Prince, se había convertido en lo mas cercano al amigo que nunca tuvo su jefe, el Satánico Dr. Fumanchú, sin embargo eso no evitaría que al finalizar la reunión con la cofradía secreta que auspiciaba las actividades de la Organización para la Dominación Mundial (Sociedad Civil), se le castigaría exponiéndolo a los videos con las últimas declaraciones de Niurka Marcos en televisión por hacer uso de la palabra cuando no se le había permitido. Equis uno punto y guión era secuaz de primera categoría del la ODM desde hace tres años, justo después de que se despertó desnudo en la tina de la habitación de un hotel de mala muerte con una cicatriz en el alma, -Me han robado la iniciativa- pensó. A partir de entonces, convertirse en secuaz sin aspiraciones bajo las órdenes de un tirano con sueños imperiales parecía su única opción laboral, con excepción de algún trabajo de gobierno.

Sen-do-kan Karate-Do Martínez, también conocido como el Satánico Dr. Fumanchú, en lugar de lanzar una mirada asesina a su secuaz de primera categoría por su insubordinación frente a la gente que patrocinaba sus artefactos de aniquilación de masas, un automóvil Escort 95 con placas fronterizas y su PS2, consideró que la mejor forma de salvar la bochornosa situación era fingiendo que el comentario de equis uno (como lo llaman sus mas cercanos amigos) estaba magistralmente planeado para reforzar el argumento climático de su disertación. No lo logró. Una vez mas el Plan de Dominación mundial se quedó sin patrocinio.

*****

-Por ahora reubicaremos nuestro centro de operaciones en local de las Gorditas Doña Tota de Soriana Reforma- dijo el Satánico Dr. Fumanchú a su interlocutor al teléfono mientras entregaba su plato a la cajera para que le diera la cuenta -espero que no se de cuenta que las pedí con queso- pensó. Asintió mientras el secuaz al otro lado del teléfono manifestaba su eterno compromiso con la ODM y colgó. A su lado se encontraba sentado Equis uno con la mirada perdida y con frases como "Si te pica ráscate" y otras del amplio repertorio de Niurka Marcos retumbando en su cabeza.

-Quizás pienses que el castigo que te impuse ha sido excesivo mi estimado equis uno, pero no puedo darte un trato especial por el hecho de que seas mi mano derecha, tenía que aplicarte un castigo ejemplar para el resto de los secuaces- exclamó Fumanchú para romper el hielo y para hacer como que no escuchó a la cajera cuando le dijo -Son treinta y ocho pesos señor-.

Equis uno, todavía con la mirada perdida y mientras una gigantesca gota de baba se derramaba por su mentón expresó:

-No se preocupe señor, después de las primeras dos horas de tormento frente a la televisión me pareció discernir que la frecuencia con que las cuerdas vocales de Niurka emiten sonidos con la cantidad suficiente de decibeles como para causar daño al oído humano, coincide casi invariablemente con los movimientos naturales de un intestino saludable para convertir a los alimentos en una masa blanda y mas o menos uniforme lista para ser evacuada por el recto, concluyendo que esa puede ser una de las razones por las que las líneas argumentativas de la señora Marcos son en su mayoría el equivalente sonoro de una tremenda y asquerosa...-

-OK, me quedó claro.- Interrumpió Fumanchú mientras hacía un ademán a la cajera para señalar que el tipo con baba en el mentón pagaría la cuenta.

-Aunque para comprobar mi teoría tendría que revisar algunos estudios sobre motilidad péptica y las últimas emisiones de Con Todo y la Oreja Caliente.

-No te preocupes mi distinguido babeador sanforizado,-con ademán tranquilizador- ya habrá tiempo para preocuparse por esas cosas mundanas cuando nuestro plan haya avanzado un poco más, pídeme otra soda de manzana.

Equis uno con la vista en el techo emitió una especie de graznido que disparó unas gotas de saliva directo a la vitrina donde mantienen caliente el chicharrón prensado, una de las meseras intuyó con esto que solicitaban una soda de manzana bien fría y sirvió un refresco de uva tan frío como el cofre de un Escort 95 con placas fronterizas en un medio día veraniego.

-Si me permites hacerte una pregunta personal mi estimado cabeza de taparrosca- Fumanchú nunca hacia preguntas personales a sus subordinados salvo que pretendiera evitar la mirada de molestia de alguna cajera de las Gorditas Doña Tota en espera de que se salde la cuenta.

-Mas allá de lo estúpidamente inoportuno de tu comentario del otro día me llamo la atención eso de que Dios no existe, ¿Eres Ateo?.

-Mire, cómo le explico jefe, mas que nada, pues mire, lo que pasa es que, usted sabe que yo tengo un blog.

-Si- Contestó el futuro señor de toda la tierra y lugares circunvecinos imprimiendo a su expresión un profundo interés que en realidad era una forma de ignorar a la cajera que ya se había parado justo en frente de Fumanchú con la nota de venta con efectos fiscales al pago e IVA desglosado en la mano.

-Pues resulta de que una vez escribí una entrada donde menciono a Dios y un tipo escribió un comentario que decía algo así como: "DIOS NO EXISTE, ENFRENTA ESO DE UNA BUENA VEZ." y pues lo enfrenté, recopilé toda la información que tuve a mano, hice una modesta pero completa recopilación de los principales descubrimientos que han acercado al hombre al conocimiento pleno de como funciona el universo y por mas que le busco no encuentro lugar para Dios. Los tratados teológicos no me convencieron sin lugar a dudas y revisé todo lo que hay en Astrofísica y las últimas emisiones de Con Todo y La Oreja Caliente. A diferencia de la religión, la ciencia aunque inexacta en tanto a que es una actividad humana, emite postulados después un riguroso sistema de prueba y error experimental y sus resultados son comprobables.

-¿Leíste a Newton, Einstein y Hawking?

-Es lectura obligada en física.

-¿Hiciste comprobaciones experimentales de las observaciones que hace Hawking respecto a la física de los cuantos por ejemplo?

-Pues lo hubiera hecho si no es porque tuvimos que vender el acelerador de partículas para pagar la tenencia del Escort.

-Pero estas convencido de lo que han escrito personajes como él porque además de que lo encuentras plausible y convincente, te tranquiliza la promesa de que en bajo ciertas condiciones, como tener a la mano un acelerador de partículas, es algo comprobable sin lugar a dudas, aun y cuando no tengas oportunidad de realizar los experimentos personalmente.

-Pues no siempre es necesario un acelerador de partículas, para comprobar algunos postulados basta con lanzar al vacío una bala de cañón desde una torre inclinada en Italia o escupir al piso una variedad de chocolates confitados con centro de cacahuate.

-Señor, ¿quien me va a pagar la cuenta?- Exclamó la cajera con aires de Catalina La Grande después de su última conquista, al tiempo en que pensaba que ese Walter Mercado es puro fraude y que no volvería a gastar veintiocho pesos mas IVA por minuto para que le dijeran: "Hoy será un día de éxitos profesionales, en tu casa encontraras la paz comprendiendo la forma de pensar de tu pareja en esa discusión que tuvieron".

-Pero en otros casos mas difíciles de experimentar, no te queda mas que tener fe- Manifestó Fumanchú con aire de triunfo, ignorando una vez mas a la cajera con su delantal blanco y su altísima cuenta del teléfono pendiente de cubrir por exceso de llamadas a la línea psíquica de Walter Mercado.

-No me venga con cosas jefe, eso no es lo mismo que tener fe en que cuando uno se muere le salen alas y se le otorga a uno el uso o goce temporal de una nube de cómodas proporciones para tocar el arpa alegremente.

-Quizás no mi estimado querubín excomulgado, pero considera que así como es fácil de comprobar que la aceleración de los cuerpos es constante, otros eventos como el inicio de universo solo pueden comprobarse sin lugar a dudas mediante la observación del fenómeno y en virtud de que es algo sumamente improbable, uno no puede hacer otra cosa que tratar de entenderlo lo mejor posible y de ahí para adelante tener fe en que los postulados en que uno cree sean correctos, lo mismo pasa en otros sistemas de creencias que dicho sea de paso no son necesariamente excluyentes.

-Si no me paga le voy a tener que hablar a la señora y me van a meter en un problema.

-Es decir -concluyó Fumanchú tras la interrupción de la cajera-, que al final de cuentas tanto los asuntos teológicos como los de la ciencia son en mayor o menor grado asuntos de fe, de un sistema de creencias individual y personal y por tanto, antagonizar y descalificar a distintos sistemas de creencias no solo es fútil sino estúpido, pues termina siendo una disputa de lo que yo creo contra lo que tu crees y eso no nos lleva a ningún lado.

-Oiga jefe -señalo extrañado Equis uno, que ya había terminado de retirar de su rostro los residuos de saliva de su mentón, embarrándolos en su bata de secuaz a prueba de promotores de tarjetas de crédito Santander Serfin-, yo nunca descalifiqué a los que creen en Dios.

El Satánico Dr. Fumanchú lanzó una mirada fulminante a su secuaz de primera categoría dándole a entender que debía de callarse el hocico salvo que trajera dinero para pagar la cuenta.

-Oiga o me paga o le hablo a la policía.

-Señorita ¿no esta viendo que un hombre acaba de ser iluminado con la luz de la tolerancia? y que por cada pelmazo como él que se acerque al entendimiento entre los seres con una forma de pensar diferente a la propia, mas nos acercamos a la paz entre los hombres ¿Puede algo tan pueril como una cuenta pendiente ser mas importante que el nacimiento de un hombre nuevo? -Dijo Fumanchú levantándose de su asiento francamente enfurecido, tomando por sorpresa a la cajera que solo pudo llevarse las manos al pecho ante el sobresalto-, no me haga creer que es usted tan insensata que es capaz de preocuparse de cosas tan triviales en lugar de celebrar que un hombre con apariencia de piltrafa como mi amigo es capaz de razonar y que es esa habilidad lo que nos separa de los animales y nos convierte en seres perfectibles en busca de la felicidad.

Un hombre que se dedicaba desde hacia tres meses a la promoción de tarjetas de crédito Santander Serfin, se sentó al otro extremo de la barra de las Gorditas Doña Tota y le llamó la atención que una empleada del negocio estaba con la mirada atónita y fija en dos hombres que se alejaban del local farfullando algo así como que debían de buscar otro lugar para instalar su centro de operaciones. Extrañamente, el hombre estaba convencido sin razón aparente de que ninguno de los dos individuos accederían a entregarle copia de su credencial de elector para tramitar una tarjeta de crédito, probablemente su madre tenía razón y nunca debió nacer.

Al término de su jornada, Laura Patricia Peña Barrios, cajera senior de las Gorditas Doña Tota sucursal Soriana Reforma, entró a su casa y se dirigió a su marido quién miraba la televisión.

-Viejo -señalo Laura Patricia- tienes razón, de verdad que sí estoy bien pendeja.

lunes, julio 04, 2005

Cris

Tampico hermoso, en algo así como veinticuatro horas estoy por ahí por tus lares, mi hermanita se gradúa de abogada en unos días, creció sin darme cuenta a pesar de mis ruegos porque permaneciera de cinco años, en los tiempos en que era mi fan, cuando salió vestida de gasparin en halloween, cuando bailó polka en un festival con un mentado Memito (han pasado como quince años de eso y todavía no se me olvida el nombre del pelado). Y mira hermana, de niña con peinado de camboyana en película de Walt Disney en un momento te has convertido en licenciada. no he podido evitar que dejes de ser una niña, pero igual que Maruca, estoy muy orgulloso de la mujer en la que te has convertido.

domingo, julio 03, 2005

Jorge y Faby

Dios toma desiciones y uno no siempre entiende el sentido de estas, ustedes son mis hermanos, nos ha tocado reir juntos, ahora juntos nos toca llorar por su pérdida y juntos pedimos por el angelito que Dios ha decidido dejar en el cielo un rato más, aqui lo esperamos cuando le toque regresar.

viernes, julio 01, 2005

No andaba muerta

La literatura no ha muerto, ni está por caer como cucaracha bajo los efectos del H24 (aunque nunca deja un insecto vivo), es cierto que puede ser mas cómodo para muchos encender la televisión y que quizás en este siglo haya mas distracciones para atender un libro que en la época porfirista (en la que por cierto tampoco se leía mucho salvo quienes pertenecían a la alta sociedad fufurufa), pero como ha dicho Salman Rushdie: "...la literatura -la buena literatura- siempre ha provocado un interés de minorías. Su importancia cultural deriva no de su éxito en una especie de guerra de audiencia, sino de su éxito al decirnos cosas acerca de nosotros que no escuchamos en ninguna otra parte. Y esta minoría -la minoría que está preparada para leer y comprar buenos libros- en verdad nunca ha sido más grande de lo que es hoy. El problema es obtener su interés".

martes, junio 28, 2005

Poniatowska

Alármala de Tos.

Tenía esa extraña sensación de que algo estaba pasando por alto y me incitaba con bastante insistencia a revisar en mis bolsillos para ver si traía las llaves de mi casa y me atormentaba obligándome a hacer memoria para asegurarme de que no se me había olvidado empacar calcetines (otra vez). El acongojo intelectual se me fue olvidando al llegar a casa de Nancy (estudiante universitaria con suficiente daño cerebral como para ser mi novia), no solo porque verla hace que se borre de mi mente cualquier incomodidad que me pueda provocar cruzar la distancia entre la ciudad en la que estudia y en la que sobrevivo, sino porque esta ocasión al cruzar el portal de su departamento escuché una voz electrónica que con todas sus ganas y sin el menor pudor declaró: “Sector Principal, Puerta Uno, Abierto”, volteé apresuradamente para encontrar empotrada en una pared la cajita con foquitos rojos que había emitido el sonoro mensaje que había captado la atención de todos mis sentidos menos el del tacto; era una alarma de seguridad, de esas de las que cuando se mete un amante de lo ajeno a tu domicilio (puede ser amante o solamente admirador de lo ajeno) se activa y la policía viene, algún día; hasta incluye un letrero para que lo pongas afuera de la casa para que el ladrón sepa que tienes alarma y le piense dos veces, mas vale estar seguros. Al que tenga los medios, le recomiendo ampliamente que la compre, al que no los tenga, como un servidor, le recomiendo ampliamente que se ponga abusado y se encomiende al santo de su devoción. Transcurrió lo poquito que quedaba del viernes y todo el sábado y de la duda, nada.

¡Ah, ya decía yo!

Y entonces la duda se disipó, domingo, café, periódico, anuncio: “XI Feria Internacional de Libro de Monterrey”, ¡shihuahua!, empezó desde ayer, hacia meses que estaba esperando que comenzara el evento al que hasta entonces había asistido dos veces, en balde había vaciado mi maleta tratando de recordar que estaba pasando por alto, pero en lugar de atormentarme por haber hecho gala de mi retraso mental progresivo, comencé a observar las lista de los eventos relativos a la feria, de todos me llamó la atención uno que se llevaría a cabo ese mismo día, la presentación del libro La Piel del Cielo de Elena Poniatowska, a un lado la foto de la autora. Le dije a Nancy: “Nancy, tenemos que ir a la feria del libro” y que nos vamos. Reflexión: ¿La vida es la suma de los recuerdos mas el presente? ¿O es eso menos la inflación, las ofertas de Soriana y los programas de Paty Chapoy?.

¡Que sí!,¡Que no!,¡Que como chiflaos que no!

Cinco de la tarde, Cintermex, mucho ruido y mucha gente, yo mejor me regreso a Yucatán. Afuera se preparaba un evento al parecer musical, al parecer teatral, al parecer interesante. La Valiente (porque no tiene el menor reparo en decir que es mi novia) caminó conmigo y juntos preguntamos al joven que amablemente dirigía a las masas hambrientas de cultura y de todo lo que fuera gratis “¿Sabe usted donde queda el salón Europa?” a lo que el joven respondió: “Arriba, en el tercer piso” la cita era a las siete y treinta, teníamos tiempo suficiente para apartar lugar con calma y sin prisas, sin embargo, un representante de la editorial Anagrama nos abordó para solicitar nuestra asistencia a la presentación del libro La Republica de las Palabras, nos dijo que faltaba Quórum o lo que es lo mismo, que la concurrencia brillaba por su ausencia, y como ese evento estaba a punto de comenzar, dudamos al principio, pero no tuvimos corazón para negarnos. Los invitados, la propuesta , los aplausos, la chalupa y buenas, os podéis ir en paz, la sala VIP quedó vacía de nuevo.

Elenísima

Salimos a las seis y diez para dirigirnos a la exposición de libros, vimos a las editoriales echar la casa por la ventana. Terminábamos de ver un stand y entrando al pasillo 13 según recuerdo, una chamarra de TV Azteca por poco y se tropieza con mi cara, reporteros cubriendo la noticia, firma de libros, gente con cara de what? y en medio de nosotros y casi sin hacer bulto, Elena Poniatowska. Con una coordinación solo comparable con la de Kaliman y Solín o el dueto Pimpinela, salí disparado a comprar el libro de la autora, mientras Nancy, cual Ana Gabriela Guevara Tamaulipeca, corrió para hacer fila, con un poco de suerte y (he de reconocer) con algo del espíritu chapucero del mexicano de principios de siglo XXI, mis adquisiciones La noche de Tlatelolco y La piel del Cielo iban a tener la firma de la autora. Otra vez, tan coordinados como Viruta y Capulina, al tiempo en que yo me integraba a la fila, libros en mano, la Victorense que me quita el sueño, me da el boletito que asegura que Poniatowska me va a atender y sale de la escena para apartar los lugares en la conferencia posterior.

Siete y diez, desesperación, la fila no avanza, dentro de veinte minutos la maestra va a partir con su comitiva al salón Europa para nunca más volver, me siento como defraudado de las cajas de ahorro detrás de una fila interminable. Siete y veinte, la hora cuchi cuchi, la señorita que a ratos le hablaba a la gente y a ratos a su microfonito con diadema me dijo: “Pase” y yo pasé, detrás de mí una cinta autoretráctil separó a los que ya la hicimos de los que se quedaron en el camino. Fue un encuentro tan pequeño, que no pude sincerarme, la autora de Tinísima accedió a mi petición de firmarme dos libros, en uno de ellos escribió “A Arturo y su generosa personalidad, un abrazo de Elena Poniatowska, 14/10/2001”, dos minutos no son suficientes para conocer la personalidad alguien en estricto sentido, así que, o tuvo un gesto de amabilidad admirable para una persona que ha firmado la cantidad de libros que había firmado o de manera sutil, me llamó gordo.

Chou Time

Una mano levantada que reconocí como la de mi novia me indico el camino a mi asiento, el destino a veces cruel me había sonreído en esta ocasión ubicando nuestros lugares en la primera fila. Siete y cuarenta, la maestra llegó. Después de la presentación de los miembros del presidium, los invitados entablaron un diálogo con Elenita, así la llamaron ellos, ella confesó en algún momento de la charla que su esposo la llamaba Elenano, yo no la llamaría así, ni que estuviera tan alto. Reseña, preguntas, respuestas, sonrisas, una conversación tan interesante como amena y el libro, como el recién nacido que los oradores no paran de describir, la mamá feliz, y nosotros, como asomados en el cunero, queriendo ver sus gracias. Sería una insensatez si este humilde servidor emitiera su opinión del niño presentado en sociedad, sería faltarle el respeto a la obra si la describo ahora, lo mas que puedo hacer es un llamado a los que han conocido el trabajo de la mamá de La piel del cielo en forma de reportaje, de entrevista, de ensayo o de novela, difundan, enseñen, opinen, bastante injusto es que el mexicano promedio lea medio libro al año (éste no debe confundirse con el mexicano promedio que es asaltado cada treinta segundos en el Distrito Federal) como para que además los libros que llaman la atención sean los del clan Trevi-Andrade y las profecías de Nostradamus (Dicen que la Trevi está embarazada, ¡Jesús bendito!).

Más de uno alzó la mano para preguntar, solo tres fueron los agraciados, de los tres me llamó la atención la primera, una señora entrada en sus cuarentas (pienso yo, la verdad no le pregunté), su pregunta no fue bien recibida por la concurrencia, quizá porque no la planteó como lo hubiera hecho una persona letrada, o porque iba vestida con unas bermudas y una playera que con letras doradas decía: Acapulco, debajo de las letras un velero con aplicaciones de colores. Confesó que solo había leído hace tiempo La noche de Tlatelolco (buena elección), y aunque su apariencia y su lenguaje en mi opinión muy francos, causo mas de un comentario de desaprobación y muchas cejas aristocráticas se levantaron, a la señora le valió y expuso su duda, que iba en el sentido de saber Poniatowska había sido presa de la censura durante su carrera en el periodismo y si alguna ocasión tuvo que “seguir la línea que marcan los periódicos” ; quizás porque escuchar a alguien hablar con franqueza y sin excesivos preámbulos ni adulaciones debe ser refrescante para alguien que esta de gira en una cantidad determinada de eventos como de el que fui literalmente mudo testigo, o simplemente por ser una inteligente y finísima persona, Elena Poniatowska supo darle el valor justo a las palabras y procuró una respuesta tan buena que nadie pudo poner en duda la calidad de la pregunta, una repuesta tan buena solo pudo venir de una pregunta igual de buena. Dejó en claro que no hace falta ser un erudito para hacer un cuestionamiento válido, estoy seguro que mas de uno de esos ciudadanos de a pie en el ámbito literario, entre los cuales no puedo dejar de incluirme, tomaron un poquito mas de valor, para participar, para leer, para aprender ¿de eso se trata no?.

"Historia de dos Ciudades" o "Si Armando hubiera viajado en camión"

De carretas y camionetas.

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. De este modo Charles Dickens comienza su obra inmortal “Historia de dos Ciudades”, de este modo comenzó también mi lectura con la carreta nacional que separa a Nuevo Laredo de Monterrey. En el libro, hay un carruaje con empresarios escoltados por un policía, un mensajero, el temor constante a los ladrones y un camino que los lleva a Paris. Conmigo hay un abogado y un contador en una camioneta del trabajo y la carretera que nos dirige a Monterrey. Bolsas de papitas, conversación y un cigarro que irremediablemente se desprendió de mi mano por la acción del viento a través de la ventanilla, me vi por el espejo retrovisor y descubro que tengo esa expresión de que he encontrado el significado de la vida en el libro que sostengo en las manos (es decir, que tenía mi cara de idiota), Edgar (para unos abogado, para otros algo así como que un Alebrije) se dio cuenta de mi rostro y se burló como era de esperarse mientras mi mente seguía perdida entre cabildos e ideas que ahora mi mente intenta rescatar. Para un tampiqueño alejado de su casa por casi tres años o para un veracruzano con la vida en Laredo y el corazón en Puebla, viajar a otra ciudad es cosa de cada fin de semana, el pretexto puede ser el salir de la rutina de la oficina, ver a familia y amigos o como en esta ocasión, llevar a Armando Olivo, personaje leve que aparece y desaparece de la conversación de cuando en cuando, a la ciudad de las montañas.

Referencias.

¿Para dónde?, ¿Es para la derecha?. No, para la izquierda. Era para la derecha. ¿Esa calle para dónde sale?. Era por abajo del paso a desnivel. Bueno, salió mejor por arriba, aquí derecho salimos a Colón. El Alebrije creía que porque viví en Monterrey y voy de cuando en cuando, conozco la ciudad como la palma de mi mano, cuando en realidad no conozco bien ni la palma de mi mano. En la siguiente te das vuelta. No, es contra.

Madero y Aguirre Pequeño.

Compartir la casa con otra gente puede ser difícil, terminan convirtiéndose en tus enemigos a muerte por el turno para entrar al baño o se convierten en tus amigos entrañables, quién ha compartido una casa sabe que en realidad es un poco de ambas cosas. De los habitantes de mi casa de Pig Brother, Pedro es por mucho el mas pintoresco y desde el día anterior estaba en Monterrey. Otro, el Alebrije, seguía conmigo en la camioneta e intentaba comunicarse con Pedro (quien es de hecho regiomontano, a veces es medio tonto pero bien intencionado), quien dicho sea de paso, nunca contestó. Llevamos a Armando a la oficina de Monterrey, dejó su computadora, lo llevamos al hotel, se perdió entre la gente del lobby y nosotros nos perdimos también, íbamos a plaza Fiesta San Agustín y terminamos rumbo a Galerías, de todos modos ahí venden CDs.

A mis veinticinco años no conozco mucho de la vida, sin embargo he notado que una característica de los accidentes es que suelen caer de sorpresa, mientras un veracruzano y un tampiqueño esperaban a que el semáforo se pusiera en verde para continuar con su desorientado viaje, un señor taxista al tiempo en que conduce, victima de un franco apasionamiento por el partido de futbol América-Rayados, frena intempestivamente su auto cuando el pasajero le recuerda que va sobre la avenida madero y que no esta sentado en su sofá de terciopelo rojo forrado con plástico transparente mientras su esposa cansada de tanto esperar, se sienta frente a la ventana de la cocina con la esperanza de que en cualquier momento se le termine de escapar la vida. Sonido de llantas rechinando, un choque mas para las estadísticas de Info 7. El lado derecho del taxi se impacto contra nosotros, abollando su salpicadera, arrancando de su vehículo el espejo retrovisor y de la mente del Alebrije el siguiente pensamiento: “Ya nos fregaron”, el lado izquierdo del taxi se impactó contra una pick-up que esperaba también la luz verde, el Alebrije pensó: “Ya se fregaron”, en realidad todos nos fregamos. Durante dos horas, la esquina de Madero y Doctor Aguirre Pequeño fue nuestro lugar de residencia, taxista y extranjeros compartían la televisión que fue causa de aquel apasionamiento futbolístico dentro del taxi y terminamos de ver el partido, quién me conoce sabe que el futbol no es mi fuerte, ese día me enteré de que los choques tampoco.

Bienvenida.

Comida, llamadas telefónicas, encuentros que no pudieron ser, mucho ruido en Galerías, los mentados CDs, de Pedro ni sus luces, una servilleta se convirtió en carta, esperemos que un día llegue a su destino. Ocho de la noche. Ahí pagas la cuenta. Para allá esta Laredo. Nunca dimos con un cajero. El regreso que es rutina para el viajero. Hay tiempos en la vida de cada quién que igual que son los peores son los mejores, tiempos en que el cambio se abre camino, en los que eres muy grande para algunas cosas y muy viejo para otras, en los que hay que tomar decisiones, en los que familia y amigos son apoyo, son consejos, regaños, son risas y llamadas telefónicas de las que nunca quisieras terminar, son felices encuentros inesperados, son tristes despedidas, son calidez para esa gente que vive historias en dos ciudades o en tres, con la vida en un lugar y el corazón repartido en varios, en las personas que ha conocido. Un mensaje nos da la bienvenida a Laredo. Bienvenido me siento en Laredo, en Tampico, en Monterrey, en Reynosa, en todos los lugares donde hay gente a quien considero mis amigos.